lunes, 12 de marzo de 2012

Historia de los Instrumentos


Todas las sociedades tienen música vocal y, con alguna excepción, instrumentos. Entre los más sencillos están los palos que se golpean entre sí, los palos con muescas que se frotan, las carracas y las partes del cuerpo que se usan para producir sonido, como las palmas. Estos instrumentos simples se encuentran en muchas de las culturas tribales. En todo el mundo se pueden utilizar como juguetes o para participar en rituales arcaicos.

Los instrumentos con los que contamos en la actualidad proceden, en su mayor parte, de las civilizaciones de la Antigüedad. Muchos de ellos, especialmente de viento y percusión, procedían del Mediterráneo Oriental y llegaron a Europa ya a través de Bizancio, ya por influencia de los musulmanes españoles. Los instrumentos de cuerda que han llegado hasta nosotros se desarrollan, en cambio, a lo largo de los siglos VIII y IX y son de factura europea. No están emparentados por lo tanto (al menos que se sepa) con las arpas sumerias, egipcias o hebreas de las que nos han llegado noticia y reproducciones, pero de las que se desconoce tanto el número exacto de cuerdas como el método de afinación.
Las civilizaciones antiguas cuentan básicamente con instrumentos de percusión y, en estadios algo más avanzados, de viento de fabricación simple y destinados a funciones concretas, tales como la celebración de fiestas o actos religiosos. Los instrumentos de cuerda, en cambio, pertenecen a un estadio más avanzado y, por su menor sonoridad, parecen destinados al cultivo doméstico de la música.
A lo largo de la Edad Media, los instrumentos van a permanecer casi sin cambios. En el Renacimiento se crean las familias completas de instrumentos que conocemos hoy, (cuerda, viento metal, viento madera y percusión), aunque no estén integradas todavía por los mismos instrumentos que en la actualidad, y se perfeccionan el mecanismo y la afinación de los instrumentos más graves. El perfeccionamiento de los mismos instrumentos prosigue a lo largo del Barroco sin que, sustancialmente, se cree ninguno nuevo. Sí que hay, en cambio, nuevas denominaciones debidas a los perfeccionamientos mencionados. El más conocido es el delviolín, que pasa de ser conocido como viola alta o viola aguda a recibir el nombre que le damos en la actualidad.
A lo largo de los siglos XVIII y XIX, se van introduciendo novedades como las llaves en las flautas y se van creando nuevos instrumentos, algunos de larga vida como el clarinete y otros más efímeros como el baritón o el arpeggione. Al mismo tiempo, instrumentos con ciertas dificultades se ven progresivamente sustituidos por otros de la misma familia. Éste será el caso de la viola da gamba (uno de los instrumentos graves de la familia de la cuerda), que perderá su lugar en favor del violonchelo.
Fundamental será, en el mismo XVIII, la creación del piano para sustituir al mucho menos sonoro clave. Las posibilidades que el nuevo instrumento abría (mayores aun tras sucesivos perfeccionamientos) serán ampliamente explotadas por los compositores a lo largo de los siglos XIX y XX y darán un aire completamente nuevo tanto a la música para teclado como a la música de cámara. Asimismo, dentro de los instrumentos de tecla, tiene gran interés el desarrollo del órgano. Instrumento ligado a la música de iglesia, seguirá, no obstante, el desarrollo de la música. De este modo, a lo largo del XIX, sumará a su sonoridad característica numerosos registros que tienden a acercar su sonido al de la orquesta.
El siglo XIX es también el siglo de los inicios del coleccionismo, la catalogación y el estudio exhaustivo de los instrumentos. El desarrollo de la musicología y el interés por la música de épocas anteriores se manifestará también en el estudio de esta faceta.
Ya en el siglo XX, será fundamental la creación de instrumentos electrónicos con mucha más potencia sonora y, en ocasiones, con capacidad para imitar a varios instrumentos clásicos. Particularmente importante será el desarrollo del sintetizador, instrumento musical electrónico, que cuenta con un teclado musical y un tablero de control, con el que se pueden diseñar sonidos por la combinación de distintos elementos.

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