lunes, 12 de marzo de 2012

La difusión y conservación de la Música


Dado el carácter sonoro de la música, ha sido siempre un problema su conservación. Por ello, se ha recurrido a diferentes medios de escritura conservados en libros, habitualmente de gran formato, dado que debían servir para la interpretación conjunta. Tras la llegada de la imprenta, se recurre al empleo de particellas, en las que se incluía cada voz por separado. Ello permitía un tamaño menor y facilitaba la impresión, pero dejaba a cada intérprete sin referencias de lo que hacían los demás. Además, con el paso del tiempo, este sistema ha dado lugar a un problema de conservación, dado que el extravío de una de las particellas supone la pérdida de la obra entera.
Ya en el siglo XVII, comienzan a publicarse partituras, es decir libros en los que se contienen todas las voces de una obra. A pesar de esto, por razones de comodidad, se seguirá empleando el sistema de particellas hasta que el desarrollo de la impresión en el siglo XX ha hecho más sencilla la edición de partituras completas.
Otro medio de conservación de la música son los diferentes soportes de reproducción de sonido.
La difusión de la música se realiza hoy día, además de en directo, a través de los medios de comunicación audiovisuales como la radio y la televisión.
La música impresa se conserva en bibliotecas, ya en grandes bibliotecas como las nacionales, ya en bibliotecas específicas como las de los conservatorios. La música grabada se conserva en Fonotecas, habitualmente asociadas a las anteriores.

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